martes, octubre 23, 2012

La estación no preferida

Primavera de otoño: Luce árboles embravecidos. 
Sosegados los pájaros, cien latidos por minuto.
No recuerdan la hoja seca, dádiva invernal, 

quebrazón de nervios laterales, entre los pies de algún transeúnte.
 

Turgencia de todas las cosas, hasta parece que mi pecho se crece,
un volantín en el ojo de aquella nube, la con forma de jinete

de sombrero levantado, personaje de tierras extrañas.

Por eso odio el verano, la primavera,
prima vecina,
sus colores vivarachos se meten en el ánimo colectivo,
pachanga y la gran fiesta 

e igual prefiero el frío tibio del otoño, tan amigo mío.

1 comentario:

Luciano dijo...

Un poemario hermoso, de mi dadá poeta... <3